Testimonios

Anillos en rama

1.- José Manuel y Maribel vivieron su Fin de Semana Retrouvaille en Noviembre de 2012.

El año siguiente, José Manuel escribió un libro con el titulo “Milagros de andar por casa”, editado por Ed. Vita Brevis. Vio la luz en Octubre de 2013.

Con su permiso, reproducimos fielmente el contenido de las paginas 123 y 124:

La última noche Juan e Inés nos dijeron:

Os queréis mucho. Os queremos. Hemos pensado que necesitáis ayuda. Nosotros más no podemos. Pero hay algo que hace tiempo conocimos, que nos pareció interesante, que quizás pueda ayudaros, se llama Retrouvaille, comenzó en Canadá, pero esta en todas partes, sí, el Papa Benedicto los recibió, son católicos…..
Es un fin de semana. Tenéis que dejar a los niños. Sí, el pequeño también…. Sí, lo hemos preguntado, no te lo puedes llevar. Sí, ya sé que mama, pero tendrás que destetarlo, o lo que sea. Nosotros nos lo quedamos. Sí, a todos. Como sea, nos gustaría que fuerais.

Juan. Inés. Cuánto amor nos tenéis. Lo fácil, cuando un matrimonio sufre es mirar hacia otro lado, pero vosotros os jugasteis nuestro afecto para ayudarnos. Gracias.


Destetarlo, dejarlo con biberones….
Era mucho pedir. Jesús estaba muy bajo de peso. Además, no sabíamos de qué iban los de retro-no-se-qué.
Maribel estaba sin fuerzas. Físicas ni psicológicas.
Yo estaba sin fuerzas, sin esperanzas.

Bueno, primero hay que hacer una entrevista. No perdemos nada.

Maribel llamó por teléfono a una tal Concha. Quedamos.


Llovía. El día se puso a juego con mi corazón. Llegaron Vicente y Concha. Hablamos. De todo. Nos despedimos sin haber decidido nada. Ya os llamaremos, dijimos. Dudas. Miedos.


Al final llamamos, tres días antes de la fecha que nos dijeron, y nos fuimos al “fin de semana”.
Como en el pecado está la penitencia, Juan e Inés se quedaron con ocho de nuestros hijos, incluido Jesús.
Y mientras, nosotros, en esos dos días, nos miramos a los ojos, recordamos nuestro amor primero, pudimos hablar y escucharnos…

Fue algo estupendo. Valió la pena.

2.- Somos un matrimonio, residentes en Valencia, de 55 años, mi mujer y yo, de 60 años, con 25 años de convivencia.

Nuestro matrimonio iba muy bien como el de la mayoría de la gente, con los altibajos normales y los roces habituales propios de una convivencia, hasta que nuestra relación se deterioró de manera irreversible. Adoptamos dos niños, un niño y una niña. Los dos deseábamos con mucha fuerza y amor a esos dos nuevos hijos a los que queremos mucho. Siempre comentábamos que lo mejor que habíamos hecho hasta ese momento fue la decisión de adoptar. Este hecho que fue deseado por los dos también originó un pequeño distanciamiento. No parábamos de discutir especialmente por la forma de educarlos.

Nos fuimos distanciando y cada uno de nosotros empezó a desentenderse del otro, hasta que después de una Navidad, hace 3 años decidimos divorciarnos. La adopción no fue el motivo fundamental, también influyó la lógica evolución de dos personas que tienen diferentes visiones de la vida. El divorcio fue un verdadero trauma para todos: para nosotros y especialmente para nuestros hijos que los pobres no entendían nada.

Empezamos una vida separados cada uno en una casa en Valencia. Después de cierto tiempo, en nuestro caso unos 6 meses, decidimos empezar a vernos regularmente ya que teníamos dos hijos en común. Convenimos en que necesitábamos ayuda para intentar arreglar nuestra relación y de manera casi milagrosa encontré la página de Retrouvaille en Canadá. Vimos también páginas de Estados Unidos donde se hablaba de la experiencia en Retrouvaille, así que decidimos comprobar si esto existía en España. Por fortuna acabé en la página en España y nos pusimos en contacto con los responsables en Valencia, Vicente y Concha. Nos apuntamos a la reunión del fin de semana en mayo, aunque nadie daba nada por nosotros. El resto de las parejas empezaban desde una situación difícil de convivencia pero nosotros empezábamos por detrás desde una posición de divorcio.

Nuestra experiencia con Retrouvaille ha sido de lo más enriquecedora, iniciamos un camino de redescubrimiento mutuo y un acercamiento como no habíamos tenido nunca. Después de una serie de reuniones y a mitad del seguimiento decidimos volver a casarnos, cosa que hicimos un 18 de enero.
Retrouvaille nos ha ayudado mucho ya que ahora conocemos la metodología para abordar los problemas, que seguirán existiendo, y los roces propios de la convivencia. Ya no tenemos esas discusiones tan fuertes que antes teníamos y estamos más unidos que nunca.

Tenemos mucho que agradecer a los orientadores y responsables: Vicente, Concha, Anselmo y Encarnita todo el trabajo que han hecho por nosotros y por otras parejas a cambio de nada. Os estaremos siempre agradecidos.